jueves, 7 de febrero de 2008

No todo llega 'su' lugar en 'justo' momento.

A veces me pregunto
si estarás jugando conmigo otras
veces me consulto si
sabremos jugar.
Algunas veces me interpelo
si podré vencer al enemigo tantas
veces caigo a cuenta que
no hay juego ni enemigo con
los cuales tratar.

Mayo, 2005, Bs. As.

Fijate que nunca nos fijamos
en el detalle que no estaba
a primera vista.
Dejamos de lado el tick de tocarnos
la debida atención a la visita
de la chispa.
….
Mayo, 2005, Bs. As.

No todo llega a su lugar en justo momento.

Un sueño crístico un
hombre que resucita de su inmortalidad un
abuelo lejano que se fue pero
se fue en algún lugar en
mi cabeza en
mi cabeza.
Un consejo dado justo en
el momento de errar una
desobediencia civil y familiar y
hormonal una
presencia que se presenta de
una vez y para siempre sin
ningún ánimo de
agradar.
Una biblioteca un fantasma tu
biblioteca tu fantasma un
pedido incoherente y telefónico que
no me deja de llamar la
charla jamás charlada la
madrugada jamás madrugada y
el peso de tu intelecto en
mi sien en mi
cien

y en
mis lejanos pies.
Tu presencia fantasmal que
se hace presente cuando
uno pisa el suelo de la máquina que
sólo vos supiste tocar hacer
hablar y
a tu modo
hacérnosla familiar.
El café con Evita que
todos tomamos de
tu monólogo coloquial un
sueño ¿tu sueño? no
lo sé apenas si esbozo el
mío que cargado de escombros se
presenta más pesado que
probable.
Todas las palabras que
no te discutí las reflexiones que
no te que no porque sí no
todo llegar a su lugar en
justo momento.
Un pin de Lenín un
gorro otoñal y menchevique tu
barba de caspas todo
lo que odié de tu persona todo
lo que me contaron de
lo que me contaron de
lo que alguna vez oí de tus puentes y
no lo pude creer me
enojé me fastidié y me
encerré en tu ambiente natural a
leer.
Un sueño una
re-encarnación nunca llamada ni
permitida a ser tal una
voz el cuadro solemne del
chabón de Perón montones de
montos estoy jodido m’ hijito qué
hincha-pelota esa frase de
mierda que solías repetir nunca
la entendí lo confieso nunca
la entendimos caída de
telón canción de
fin.
Una caminata sin ton ni son en
sentido inverso un autito italiano de
colección un juguete hecho para
matar un libro de guerras de
guerrillas con la foto de
Jesús una bocha pelada a lo
Luca Prodán tus pelos que
odiaban los peines y un discurso que
en
tu boca
no deja de empezar.
Todos en alem seis
cuatro tres nos
agolpamos para
poderte
escuchar.

Junio, 2005, Bs. As.

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