martes, 6 de mayo de 2008

Joyce, Kafka y Scarlett Johansson.

Joyce (…) es demasiado, cómo decirle?, demasiado trabajosamente virtuoso. Un malabarista, dijo. Alguien que hace juegos de palabras cuando otros hacen juegos de manos. Kafka (…) es el equilibrista que camina en el aire, sin red, y arriesga la vida tratando de mantener el equilibrio, moviendo un pie, y después muy lentamente el otro pie, sobre el alambre tenso de su lenguaje. Joyce era un hombre diestro, no cabe duda; Kafka (…) no era diestro, era torpe y se convirtió en un experto de su propia torpeza. Joyce lleva un estandarte que dice: Soy aquel que supera todos los obstáculos, mientras que Kafka escribe en un block y guarda y guarda en un bolsillo de su chaqueta abotonada esta inscripción: Soy aquel a quien todos los obstáculos superan. Kafka ha dicho, dice Tardewski: Enfrento la imposibilidad de no escribir, la de escribir en alemán, la de escribir en otro idioma, a la cual se podría agregar caso una cuarta imposibilidad: la de escribir. Esta cuarta imposibilidad era, para él, la suprema tentación (…) Pero (…) supo mejor que nadie que los escritores verdaderamente grandes son aquellos que enfrentan siempre la imposibilidad casi absoluta de escribir (Piglia, R., Respiración artificial, Sudamericana, Bs. As., 1988. Las cursivas son mías, así como también cuatro de los cinco paréntesis: la buena escritura y el ritmo, ajenos).


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