lunes, 22 de septiembre de 2008

Yo no soy hombre de una sola mujer.


Soy hombre de ninguna, dijo rápido y serio, después de despeinarse el pelo y desajustarse la corbata. Su compañero de oficina, cansado, lo relojeó de costado, se llevó un nuevo vaso de cerveza a la boca, y no dijo palabra. Estaba harto de sus derivas derrotistas. Para colmo, con el día que tuvimos en la oficina, este no va a parar de escupirme sus males, este día no podría ser peor. Es así, hermano, ya no sólo que los hombres somos científicamente más románticos que las mujeres sino también que habemos algunos que no somos hombres de una sola mujer porque lo somos de ninguna. Su novia, por tercera vez en tres meses, le había pedido un tiempo. De seguir así -le dijo, mientras su amigo se llevaba un nuevo vaso de cerveza a la boca-, nuestra relación se va a componer más de tiempos pedidos que de momentos compartidos. Es que vos la atosigás. ¿Qué te volviste, lopezrreguista?, ¿te ponés de su lado? Pero no seas brujo, sabés que te lo digo como amigo. Con amigos así. ¿Con amigos así qué, no hacen falta enemigos? Lo dijiste vos. Lo dije yo porque vos no tuviste los cojones de hacerlo. Pelotas, se dice pelotas. Vos sos un pelota. Bueno, gracias. Gracias hacen los monos, gorila. Mirá, un chino diciéndome gorila, la cruza que faltaba. A vos lo que te falta, como te iba a decir, es reconocer que soy tu amigo aunque te diga cosas de enemigos, porque vos no podés tener de amigo a un perro que se te muere a la semana, sos más egoísta que vos mismo en tus épocas menos solidarias. Te recuerdo, Gandi, que los dos estudiamos en Córdoba y Junín, y que el dos mil nueve no vio salir de sus puertas a un solo yuppie sino a dos. ¿Te acordás de las minas de Medicina que estaban en la cola para tomar el ciento seis? Y yo con novia. Vos siempre estuviste con novia, sos un novio crónico. El novio del olvido. Para colmo escuchás Calamaro, si no fueras mi amigo ya te hubiera pegado. ¿Qué problema tenés con Andrés? Con él ninguno, con vos escuchándolo a él todos. Andá a cagar. Andá vos, pelota. ¿Pedimos otra cerveza? Dale.

Te decía, no sé qué hacer, yo la quiero. Ella también. ¿Querés decir que ella también se quiere? Gracioso. Gracias. Quiero decir que ella también te quiere, pero que, cuanto más la persigas, más vas a lograr que comience a dejar de hacerlo. ¿A qué hora cursamos mañana la maestría? A las siete. ¿Salimos antes del trabajo y vamos juntos? Dale. Sí, puede ser, pero tampoco quiero que piense que porque no le presto atención ya no la quiero. Tu problema no es ese, tu problema es que le prestás demasiada atención, tu vida se reduce al laburo, el posgrado y ella, ¿hace cuánto que no jugás un partido de papi, que no perdés conmigo al tenis, que no vas a la cancha? Racing está jugando cada día peor, para colmo Yacob se hace odiar cada día más. ¿Sigue saliendo con tu hermana? Sí. Buen partido. ¿El del domingo pasado?, si el equipo rival no se lo comió porque en el país está condenado el canibalismo. Gracioso. Gracias. ¿Jugamos un tenis el sábado en el campo de deportes? No puedo, tengo el tobillo malo. Esas palabras que te quedaron de tu viaje por España, sonás tan ridículo como Fito Páez diciendo allí en lugar de ahí, o como esos que piensan que son cultos por decir luego en lugar de después, en eso sí que tu Calamaro es menos patético que muchos. En España me enamoré de María Adanez. ¿No decías que sos hombre de ninguna mujer? Vos te tomás demasiado a pecho lo que te digo. ¿Te bancás un ping pong? Siempre y cuando no me apuntes al pecho. A las bolas te voy a apuntar, nenita.

Si seguís transpirando así no vas a coger nunca vos. En todo caso no voy a coger esta noche, y no te hacía tan permeable a los rezos callejeros. ¿Pedimos otra? Dale, con antitranspirante incluido. Chistoso. Se agradece. Jugaste bien, lástima que perdiste. Es que el no jugar hace mucho tiempo al tenis te hace recordar los movimientos de la última vez que jugaste, pero si jugáramos un partido más te ganaría. ¿Qué dijimos de los pajeros postulados contrafácticos? Que los dejábamos para los masturbatorios cuentos literarios. ¿Vos ya habías pensado que masturbatorio rima con mingitorio? Y escritorio. Y aleatorio. ¿Por qué no te escribís un poema? Porque tengo la pluma prohibida. Cierto, el mito romántico de la inspiración y el artista maldito. Así es. Quién iba a decir que de Barrio Norte nos íbamos a mudar a Constitución. Al menos a vos te queda cerca de tu casa. De mi esposa y de mis dos hijos querrás decir. Al menos tenés esposa. ¿Me estás vacilando? Te estoy hablando en serio. Entonces dejá de hacerlo. ¿Pedimos otra? ¿Otra más? Recién es la tercera. Entonces pedí dos, para acortar los tiempos. Siempre tan voluntarista vos, después me aconsejás que baje la ansiedad. La diferencia es que yo ahogo la mía en un vaso de cerveza mientras que vos ahogás en repetidas oportunidades a tu novia en ella. Mozo, otra cerveza por favor.

Dejala en paz, dale tiempo y ya vas a ver como vuelve, solita y sola, porque la que se fue sin que la dejen vuelve sin que la extrañen. Destinalismo y, como si lo anterior fuera poco, concepción platónica del deseo. Maldigo el día que, evidentemente borrachos, acordamos anotarnos juntos a la maestría, cambiar de caminos. Exacto, se trata justamente de eso, de preguntar, voy a preguntarle qué quiere hacer, qué quiere que hagamos de nosotros. No hay nosotros. Entre vos y yo obvio que no. ¿No somos amigos? Está por verse, el próximo partido de ping pong lo define. Me vas a dar la revancha, te quedó la culpa en el ojo. Es que soy tan buen ganador y vos tan mal perdedor. No hay nosotros entre ustedes. ¿Vos me estás vacilando, si fuimos novios durante seis años? ¿Conjugación temporal del verbo utilizado en la pasada oración? No podés ser mitologicista de suponer un presente o futuro sin pasado. A lo pisado me remito. Dale, terminate el último vaso de la segunda cerveza así te doy otra paliza al pingpong. Siempre tan humilde. A seguro se lo llevaron preso y a modesto demorado.

Mejor quedemosnós acá, creo necesitás hablar de esto con un amigo. ¿Ves alguno cerca? Gracioso. Siempre. Te escucho. Yo no tengo demasiado que decir ni hablar, sólo que la quiero, que quiero estar con ella, y que no me imagino compartiendo el resto de mi vida con nadie más que con ella. ¿No te parece un poco demasiado lo que decís teniendo en cuenta que apenas tenés veintisiete años? Me lo dice el casado con dos hijos a la misma edad. Son cosas diferentes. Sí, porque uno es tu caso y el otro es el mío. No, también por cuestiones de historia, de momentos, de tiempos. Sí, es verdad, el día que se casaron por iglesia hacía un día asqueroso: frío, nublado y lluvioso. No, gracioso, de tiempos personales, y esos son los días que a mi más me gustan. Cada meteorólogo con su pronóstico. Así es. Por cierto, ¿cómo anda Lucía? Bien, hermosa, rebien en el jardín, peleándose todo el tiempo con su hermanito menor, la gorda parece un réferi de boxeo cuando tiene que separarlos. Qué mujer tu mujer, tu mujer es mucha mujer para vos, yo todavía sigo sin saber como la conquistaste y la convenciste de que desperdicie el resto de sus días con vos. La verdad, yo también. ¿Sigue con licencia? Sí, hasta dentro de tres meses. Mirá. No sabés el planteo que me hizo Lucía el otro día porque insulté al televisor cuando estaban repitiendo un programa del hijo de puta de Neustadd, y, claro, nosotros no le dejamos decir insultos a Lucía. Tu hija Lucía gorda de enojo por tu incoherencia. Un anoréxico chiste más sobre mi hija y te pongo contra el mostrador. Me parece que todo lo que vamos a poner sobre el mostrador es la cuenta. Pago yo, dejá. ¿Qué vas a pagar vos?, con esposa, dos hijos, una maestría paga y un trabajo de doce horas muy mal pago, olvidate, pago yo. ¿Qué vas a pagar vos?, con tu novia que te volvió a dejar por tercera vez en tres meses, el corazón partió, como Alejandro Sanz, y el mismo trabajo muy mal pago de doce horas que yo. Pago yo. No, pago yo. No seas machista, pago yo. Mirá quién vino a hablar, la abanderada queen del feminismo, pago yo. Yo estoy sufriendo por amor, no puedo ser machista, pago yo. ¿Lo dejados librado al ping pong? Mozo, pagamos las cervezas y otro pingpong, por favor.

10/09/08, Bs. As.

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